Así se prepara el país y sus especialistas para la atención de pacientes críticos.

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Establecer una hoja de ruta para la atención en UCI ha sido una de las estrategias entre Minsalud y AMCI con el fin de optimizar capacidad y capacidades de atención del paciente con covid-19 en cuidados críticos.

-Cursos virtuales, teleapoyo por expertos 24 horas y acuerdo bajo consenso multidisciplinario de buenas prácticas de atención han sido pilares fundamentales.

 El tema de pacientes críticos, de capacidad y capacidades en unidades de cuidados intensivos y áreas críticas han sido un elemento fundamental en la preparación de Colombia frente a la pandemia de covid-19. Una preparación que no exige únicamente ampliación de infraestructura o de camas, sino la necesidad de tecnología, interdependencia de servicios y en especial talento humano multidisciplinario entrenado para la atención de pacientes en estado crítico.

Es por ello por lo que el Ministerio de Salud y Protección Social buscó establecer unos lineamientos junto a la Asociación Colombiana de Medicina Crítica y Cuidado Intensivo AMCI y trazar una hoja de ruta que permita optimizar la capacidad hospitalaria del país, pero también la preparación y el soporte del personal médico que atenderá estas unidades. Un trabajo en conjunto que requiere de diferentes elementos, además de la tecnología como los ventiladores.

«Los intensivistas estamos capacitados en desastres naturales y recibimos entrenamiento en el abordaje multidimensional de estos inesperados desafíos a la salud pública». En un desastre tienes muchas personas afectadas en un corto periodo de tiempo y las instituciones se ven exigidas al máximo y pueden colapsar», explicó José Luis Accini Mendoza, médico internista intensivista, coordinador UCI Adulto Hospital Universidad del Norte y presidente AMCI Nacional.

La pregunta entonces es ¿cómo prepararse para tener suficiencia (capacidad y capacidades)? «Tienes una instalación habilitada en el país de UCI (intensivo e intermedio), esa es tu capacidad. Las capacidades son exigibles mediante la norma de habilitación. El tema es cuántos pacientes tendrás infectados en un periodo determinado de tiempo y si esta capacidad te permite dar respuesta a la demanda de pacientes», señaló Accini. A partir de modelos matemáticos y el comportamiento de la pandemia en otros países se hace necesario expandir las áreas críticas, más allá de las unidades habilitadas, adaptándolas en sus «capacidades y exigencias normativas» a la situación del país y el contexto regional o departamental garantizando calidad, seguridad, ética y dignidad humana.

Nelly Beltrán López, médico internista intensivista epidemióloga que hizo parte del grupo desarrollador del consenso para la atención multidisciplinaria del paciente con sospecha o confirmación diagnóstico covid-19, contó que además de las estrategias de fortalecimiento resolutivo AMCI, «se ha trabajado con varias Sociedades científicas, participamos en el consenso de infectología y diseñamos cursos de cuidados críticos bajo la guía del Ministerio y Ascofame».

AMCI en asocio con Insimed ha creado la Red de soporte intensivo o RASI C-19 la cual es una línea directa nacional de teleapoyo para que los profesionales sanitarios reciban acompañamiento para el manejo de pacientes por parte de expertos en cuidados intensivos. «Tenemos un grupo primario de respuesta, con especialistas adultos, pediátricos, de obstetricia critica, enfermeras y rehabilitadoras especialistas. Cuando la consulta es más compleja (aspectos éticos, de ventilación mecánica, cardiovascular, de soporte avanzado) será teleapoyada por un grupo de expertos en esta área temática», agregó la especialista.

La otra fase, todavía en construcción, consiste en telemedicina para apoyar con teleexperticia en «cuidados críticos» a los departamentos vulnerables del país.

Preparación

Una unidad de cuidados intensivos (UCI) es un lugar en el cual se atiende el paciente grave y complejo con amenaza potencialmente mortal a sus sistemas vitales. Para la atención de estos pacientes una UCI concentra recurso físico, tecnológico (monitores, ventiladores) y de talento humano especial y especializado cuyos estándares mínimos están lineados en la Resolución 3100 de 2019.

El doctor Accini fue claro en señalar que «estamos preparados para el momento actual, estamos en una fase ascendente, pero la curva no ha sobrepasado la capacidad instalada tradicional de nuestras UCI». De tal modo que los pacientes critico están siendo atendidos en las camas habilitadas.

En esas UCI hay personal de salud experto liderado por un intensivista. «La norma igualmente hace exigible la presencialidad de otras especialidades con formación continua en la atención del paciente crítico tales como internistas, anestesiólogos, etc., para cubrir 24 horas al día siete días a la semana», sostuvo.

La liberación de camas fue el primer paso para aumentar la capacidad hospitalaria en el país. «Al momento de haber confinamiento habría menos pacientes no covid-19 en UCI. Además, aplazamos las cirugías no vitales. Con esas medidas el porcentaje de ocupación ha bajado y con eso se liberaron camas habilitadas de cuidados intensivos».

En una segunda fase y después de liberar camas, aparecen las unidades de cuidados intermedios. A estos servicios tradicionalmente entran pacientes menos graves o que ya salieron de UCI, van mucho mejor y aún requieren un periodo de observación. Como esas no cuentan con ventilador y no tienen recurso humano, tuvieron que ser adaptadas como de cuidados intensivos.

Para esto se adquirieron tecnologías y se adoptó un modelo centralizado de atención, llamado así porque todo lo que se atiende en esas UCI es covid-19 con sospecha o diagnóstico de esta enfermedad.

«Todos los que están ahí es atención covid-19 y te puedes concentrar en la atención. No se pone en riesgo al personal médico, a los pacientes, no gastas más en elementos de bioseguridad y se mejora la calidad de la atención, todo observando lo que sucedió en otros países», dijo Accini.

Capacitación

El doctor Accini fue enfático en señalar que «cama de UCI no es igual a cama resolutiva de UCI, ni ventilador mecánico es igual a ventilación mecánica». La ventilación mecánica, expresó, puede ser una medida salvadora, pero si no se hace con la estrategia, equipo y personal adecuado puede resultar peor que la enfermedad. «La ventilación mecánica garantiza que el paciente ventile mejor sus pulmones, oxigene bien y darle tiempo para que el pulmón sane. Es una medida de soporte, no de tratamiento», agregó.

El planteamiento estratégico consiste en que los intensivistas pueden estar en sus UCI tradicionales y apoyar a quienes estén en cuidados intermedios a través de técnicas de telesalud. «Un intensivista sabe manejar perfectamente el problema critico complejo covid-19, podrá tener dudas en algún momento, pero ahí están como parte de la red de apoyo para los especialistas quienes estarán liderando o manejando los pacientes en las áreas de cuidado intermedio o de expansión», dijo el doctor Accini.

Profundizar en el conocimiento científico del gran desafío que plantea esta situación por lo incierto y desconocido del problema. Para ello, los expertos en medicina crítica y cuidados intensivos de país decidieron elaborar el consenso nacional como un referente o guía para la atención estandarizada de estos pacientes.

Lo anterior ha sido complementado con sesiones virtuales interactivas y disponibles con científicos y académicos expertos en cuidados intensivos de China, Alemania, España, Italia y Estados Unidos.

Por otro lado, y con el fin de mejorar la capacidad resolutiva del talento humano especializado o no especializado, AMCI diseñó y puso en marcha su curso virtual para reforzar saberes en el cuidado crítico C-19 con tres cohortes en tres semanas y cerca de 4 mil asistentes

El doctor Accini explicó que surgirá una alianza con el Sena «para que los intensivistas puedan asistir desde la virtualidad al personal médico de las áreas críticas adaptativas planteadas para los departamentos vulnerables».

El especialista concluyó que el país se ha organizado, ha generado unos planes estratégicos y sabe exactamente cuál es su capacidad y capacidades y para dónde va. «Tiene buenas UCI y se ha fortalecido para la pandemia. No sabemos si será suficiente ya que su límite lo determinan los recursos indispensables para prestar servicios de cuidados críticos y dentro de estos recursos un talento humano en salud competente porque con ellos es con quienes manejas con suficiencia y resuelves los problemas», finalizó.