15 años de tu ausencia y 100 días de mi presencia en el Naín.
Hoy cumplo mis 100 primeros días como Gobernador y también conmemoro los primeros 15 años desde aquel fatídico y doloroso domingo 10 de abril de 2005 en que acabaron con la vida de mi padre.
Hace quince años veía la vida como un joven de 21 años, soñaba despierto con mucho romanticismo, subestimaba la complejidad del mundo, ignoraba la realidad del sistema. Creía que la violencia y la injusticia eran episodios reducidos, -aunque estábamos en medio de un proceso de paz con AUC- la violencia siempre la hemos tenido en frente. Pensaba que para los gobiernos la prioridad siempre era la gente, creía que la economía necesariamente debía estar al servicio de la humanidad, no al revés; ignoraba que la nación no manejara en la práctica el concepto de colectivo social. Veía en los procesos electorales las oportunidades populares para incorporar las verdaderas reformas a través de las elecciones libres y transparentes -lo sigo pensando-, no imaginaba en ese momento cándidatizarme tan pronto a un cargo de elección popular, -a pesar que para esa fecha ya había sido Candidato a Personero en el colegio y a representante de facultad de economía- aunque admito que siempre tenía como una de mis metas participar en democracia y seguir la carrera de mi padre.
Me levanté aquel domingo 10 de abril, tarde, después de haber celebrado el (8) el cumpleaños de mi hermana Gloria y el día anterior (9) el cumpleaños de mi madre Alicia, como ayer. Nos encontrábamos en medio de un proceso electoral, el 23 de abril había elecciones internas en el Partido Liberal para renovar sus cuadros. Yo era candidato dentro de las juventudes liberales, proceso que me correspondió terminar en medio de un dolor que aún no sentía. Horas más luego, cuando agonizaba la tarde, me enteré de la noticia más dolorosa en mi vida, se especulaba sobre el secuestro de mi padre, retenido en el planchón de Valencia, en Río Nuevo, horas más tarde nos confirmaron su asesinato, el de mi tía y su conductor.
Hoy se conmemoran 15 años, desde aquel fatídico e inolvidable día, 47 años tenía mi padre, quien para ese entonces era diputado y profesor de varias universidades en Córdoba. En el presente veo la realidad como un hombre de 36 años, casado y con una hija de 12. Le doy gracias al señor porque en mi corazón no habita el rencor y trabajo en cuerpo y alma por el departamento. Soy un ser afortunado porque Dios y el pueblo de Córdoba me eligieron como Gobernador, para servir, para cohesionar,
para reconstruir a nuestra región. Cumplo mis 100 primeros días al frente de nuestro territorio, y vivo mi primera pandemia con el covid-19 espero que sea la última.
He rendido cuentas en tiempo real desde el primer día, pude contarle a los cordobeses cómo encontré la casa de todos, hemos avanzado mucho en este comienzo, aunque desde luego que aún nos falta poner varias cosas en orden. Me propuse recuperar la dignidad de Córdoba, recuperar la confianza en la región, devolverle la esperanza a nuestro pueblo. Trabajar con todos sin exclusión, superar los conflictos políticos, unir al departamento, cultivar afinidades, respetar las diferencias: generar consensos. Enfrentar unidos la estigmatización general, demostrarle al país que los cordobeses somos gente buena, con talento y talante.
Le apuesto en nuestro gobierno a una política decente, incluyente, transparente y justa. Nuestra prioridad es generar oportunidades, bienestar y seguridad. Integramos a la empresa privada, academia y sector público en función del pueblo. Trazar políticas sectoriales y territoriales, sin ser un gobernador en el escritorio, siendo un gobernante trabajando desde el territorio.
El futuro de Córdoba depende de lo que sigamos haciendo en el presente y visiono en 2052, año en que cumplimos 100 años como departamento, un territorio transformado socialmente con la educación como motor principal, líder de la región, despensa agrícola y pecuaria, y con un fuerte componente agroindustrial. Con nuestros 127 kilómetros de playa de frente al mar, al crecimiento y al desarrollo con nuestra gente como protagonista. Imagino para ese momento un departamento capaz de agregarle valor a la riqueza minero-energética sin restarle valor a la naturaleza y biodiversidad. Sueño despierto, teniendo para ese momento 68 años, con nuestra cultura fortalecida, más orgullosos que nunca de nuestra propia identidad, con el sombrero vueltiao cerca y un buen porro amenizando. Para ese entonces espero ser recordado como el Gobernador que tomó las decisiones políticamente correctas, socialmente responsables, económicamente sostenibles y ambientalmente sustentables. En ese momento espero que los sectores que han sido las cenicientas de la historia, tengan un rol distinto, como protagonistas de nuevos capítulos en esa misma historia, la mucha que está por escribir.
15 años de tu ausencia que aún me entristecen y 100 días como Gobernador de Córdoba, son tan sólo el comienzo del Gobierno del Pueblo.