Desempleo e Inflación en Colombia. 2019-2020: ¿el regreso natural a la curva de Phillips o efectos sintéticos de corto plazo?.
Por: Giovanni Carlos Argel Fuentes. Ph.D.
1.0 La evolución del desempleo. Efectos adversos frente a la reactivación sectorial.
Recientemente el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas-DANE publicó la tasa de desempleo para Colombia, correspondiente al mes de julio de 2020. Se ubicó para el total nacional en 20,2%, experimentando un aumento de 9,5 puntos porcentuales frente al mismo mes del año anterior, (10,7%). La tasa global de participación se ubicó en 56,5%, lo que representó una reducción de 6,5 puntos porcentuales frente a julio del 2019 (63,0%). De otro lado la tasa de ocupación fue 45,1%, presentando disminución de 11,1 puntos porcentuales respecto al mismo mes del 2019 (56,2%).
Para el caso de las 13 ciudades y áreas metropolitanas en el país, en julio el desempleo se ubicó en el 24,7%, lo que representó un aumento de 14,4 puntos porcentuales frente al mismo mes del año pasado (10,3%). La tasa global de participación se ubicó en 60,7%, ello representó una reducción de 5,7 puntos porcentuales frente a julio de 2019 (66,4%). La tasa de ocupación fue 45,7%, disminuyó en 13,8 puntos porcentuales respecto al mismo mes de evaluación en 2019 (59,5%). Lo anterior se puede evidenciar en la gráfica No 1.
Gráfica No. 1. Tasa Global de Participación, Tasa de Ocupación y Tasa de Desempleo. Julio 2019-2020.
En términos absolutos los informes del DANE definen que, en el total nacional, a julio de 2020 la población desocupada fue 4,6 millones de personas, 1,9 millones más que en el mismo mes del año anterior, cuando se registraron 2,7 millones de personas desocupadas.
A pesar de la reactivación moderada de los diferentes sectores económicos y conforme a las medidas traducidas en alivios económicos por parte del gobierno nacional, la desocupación y la parálisis del mercado laboral, siguen en crecimiento, especialmente en las regiones del país. Ello se traduce en la fuerte contracción de la demanda, la inestabilidad empresarial en materia de ventas y la destrucción de la inversión tanto nacional como extranjera, al igual que el freno de la producción industrial y comercial.
Es evidente que el país ha sufrido las fluctuaciones del desempleo y la contracción del PIB, jamás visto desde la depresión ocasionada por la segunda guerra mundial y el colapso de 1999. En ese sentido la economía colombiana ha soportado sustancialmente este paso severo, el cual hay que suavizarlo con nuevas medidas socioeconómicas y de alta efectividad productiva. Sugerimos entregar poderes a los mandatarios municipales y departamentales con el fin de elevar masivamente el empleo. Hay que utilizar las bondades de la economía solidaria y fomentar las empresas mutuales en el corto plazo. Para ello, es necesario, parcialmente, el aumento del gasto público y el crédito blando. Serían soluciones inmediatas antes de diciembre de 2020. Con esta suavización se reactiva el empleo regional y se fomenta la creación empresarial en el corto y mediano plazo.
La evidencia de una urgente necesidad por intervenir la tasa de desempleo y la tasa global de participación, se experimenta en los siguientes datos: a julio de 2020 existen 4’156.000 personas desocupadas, en abril los desocupados eran 5’371.000. Si bien se disminuyó el número de desempleados, aun se evidencia y sostiene la inestabilidad del empleo, como a su vez la ruptura empresarial en el mercado laboral. Aspectos que continuarán en 2021, si no se interviene con nuevas medidas y mayor gasto público.
De la misma manera el DANE presenta una cifra interesante para el análisis. Por ejemplo, si miramos la relación entre hombres y mujeres, es decir, por género frente al desempleo; notamos una duplicación creciente en la relación. La tasa de desempleo de las mujeres fue 26,2% y la de hombres fue 16,2%; por cada hombre que salió de la ocupacionalidad, dos mujeres igualmente lo hicieron. Indica el DANE que en julio de 2019 estas tasas eran 13,6% y 8,6%, respectivamente. Ello indica que la fuerza laboral está aún debilitada y los factores de producción no despegan para afianzar todo el aparato productivo integral del país, especialmente en aquellos subsectores donde estaban vinculadas las mujeres.
En ese sentido para efectos de diseño de la política pública de empleo a futuro, los sectores en donde se encontraban vinculadas las mujeres, deben ser analizados y proceder a homogenizar la oferta laboral en ese sentido.
Es de anotar finalmente que el inicio del tercer trimestre de 2020 muestra un panorama oscuro, tibio y aun desalentador. La economía sectorialmente sufre y la recesión, aunque no es absoluta, impacta la dinámica de algunos subsectores. Según las cifras publicadas, el sector más golpeado fue el de comercio y reparación de vehículos, que presentó la mayor disminución de población ocupada en Colombia a julio del 2020, 848 mil puestos menos, frente al mismo mes del año pasado. Le sigue el de actividades artísticas, entretenimiento, recreación y otros servicios (incluido el doméstico), que perdió 690.000 plazas. En tercer lugar, se ubicó el de alojamiento y servicios de comida, con 636.000 empleos menos.
En contraste, el área de suministro de electricidad, gas, agua y gestión de desechos registró un incremento de 71 mil personas ocupadas.
A nivel territorial y por regiones, la ciudad con la menor tasa de desempleo para este trimestre fue Barranquilla con 14,1%, luego le siguió Quibdó con 17,9% y Cartagena con 20,5%, mientras que la mayor tasa fue Neiva con 37, 4%, Ibagué con 35, 5% y Popayán con 33,5%. Como puede evidenciarse, tasas por encima del 30%, nos indican una sustancial destrucción del mercado laboral, que será muy costoso reconstruir y ocasionará la tasa de pobreza interanual más alta en la historia del país.
Para el caso de la ciudad de Montería, la tasa se ubicó en 24.8%, experimentó un leve aumento con respecto al mes de mayo. Es preocupante aun esta tasa por encima del 20%, especialmente por ser una ciudad intermedia con baja y débil oferta laboral industrial y comercial. Además, por la alta informalidad, que en otros escritos hemos resaltado, ubicándose antes de pandemia, en el 25.1%, estructuralmente focalizada en el subempleo objetivo y subjetivo.
2.0 El comportamiento de la Inflación. Julio-Agosto de 2020.
Ahora bien, la inflación a julio de 2020 experimentó una reducción significativa. Las cifras muestran que el índice de precios se consolidó en 1,97%, acumulado anual a julio de 2020, cifra inferior al 3,79% registrado en el mismo lapso del 2019. La inflación anual no estaba por debajo del 2% desde diciembre de 2013 cuando se ubicó en 1,94%. La baja demanda, producto del desempleo, el confinamiento estricto y los bajos ingresos; sumados a las afectaciones del comercio, causadas por la pandemia del coronavirus, han sido parte de los factores que han disminuido la inflación en lo que va corrido de 2020.
El rango de inflación del emisor (Banco de la República) es del 2% al 4% para este año. Para este mes, el consolidado inflacionario estuvo muy por debajo de las proyecciones. Allí se ven los efectos fuertes del aislamiento, el impacto del cierre empresarial y la moderada o lenta reactivación económica de mayo y junio de 2020, que afectó la demanda y frenó la oferta de bienes y servicios, reduciendo el crecimiento inflacionario. En el cuadro No1, se pueden observar las cifras expuestas, por variaciones en dicho mes.
Cuadro No 1. Índice de Precios al Consumidor. Variación Mensual, Año
Corrido y Anual. Total Nacional. 2019-2020.
Ahora bien, si revisamos la inflación del mes de agosto, según cifras DANE, esta se ubicó en -0,01% y la variación anual se consolidó en 1,88%. Comparada la variación mensual para julio fue de 0.0%, frente a la de agosto que se ubicó negativa, como puede evidenciarse. Esta reducción sigue respondiendo a las disminuciones de precios en algunas actividades productivas y al desempleo creciente y sostenido.
En ese sentido el Índice de Precios del Consumidor-IPC, permitió reportar esta disminución que se explica, en gran medida, por el descenso en las inscripciones en la educación superior, técnica y la formación en educación continuada, que registró una variación negativa de 3,48% en agosto. Disminuciones de precios que se registraron en las subclases inscripciones y matrículas en carreras técnicas, tecnológicas y universitarias (-9,49%) e inscripciones y matrículas en postgrados (-5,82%). Dane, agosto de 2020.
Así mismo, otras divisiones del gasto que aportaron puntos negativos a la inflación fueron las prendas de vestir y calzado con -1%, los alimentos y bebidas no alcohólicas con un -0,45% y los muebles y artículos para el hogar con un -0,05%. Por su parte, Información y comunicación registró una variación mensual de 3,60%, siendo esta la mayor variación mensual, para el mes de agosto.
La variación año corrido, es decir de enero y agosto de 2020, fue de 1,12%. Resultado menor en -1,91% que la reportada en el mismo período del año anterior, cuando fue de 3,03%.
Gráfico No 2. Comportamiento Inflacionario. Serie Histórica anualizada y mensualizada. Agosto 2019/2020.
En el gráfico No 2 se logra evidenciar el comportamiento de la inflación anualizada en los meses de agosto de 2019 y 2020. El punto de inflexión se evidencia en marzo de 2020 (3,51%), se evidencia la curva descendente y la pendiente negativa de la inflación hasta ubicarse en este mes pasado en el 1.87 acumulado.
Si se analiza la serie histórica mensual, la inflexión decreciente de la inflación se genera desde abril de 2020 (0.16%) hasta ubicarse en la curva en -1% en el mes de agosto.
Si comparamos entre ciudades principales en Colombia, como las referenciadas en los gráficos 3 y 4, Montería, Bogotá y Cartagena presentan menor inflación en el año corrido y mensual, en el período enero-julio. Debemos destacar a Montería con variación negativa año corrido (-0.61%), al igual que en la variación mensualizada (-2.31%). Si bien algunos controles de precios en las ciudades, los efectos del aislamiento que provocaron choques en la oferta, los pocos productos traídos a los mercados en las ciudades y los bajos inventarios en almacenes de grandes superficies, derivados del pánico comercial y la incertidumbre en las ventas; también es pertinente anotar los altos efectos del desempleo y el cierre empresarial. Tal como explicamos anteriormente. Ver gráficos adjuntos.
Gráfico No 3. IPC año corrido. 2020
Gráfico No 4. IPC mensual. 2020
3.0 El regreso natural de la Teoría de Phillips en el corto plazo, prevalencia de agentes externos e internos.
Los trabajos de Paul Samuelson y Robert Solow en 1960, acerca de la relación o el vínculo entre la inflación y el desempleo son en este momento desempolvados por su aporte frente a la correlación negativa, y frente a lo cíclico en lo inversamente proporcional, en el comportamiento de estas variables en el tiempo. Las evidencias científicas y estudios prácticos han demostrado correlación en el corto plazo, de estos agregados macroeconómicos. La realidad colombiana es un reflejo actual de esta tendencia, teniendo en cuenta el impacto que ya traía el desempleo y el control monetario de la inflación desde el segundo trimestre de 2019. Si bien es necesario esperar más tiempo de variabilidad en el panel de datos; ya comienza a marcar una leve tendencia cíclica, que es meritoria estudiar.
Samuelson y Solow, revisaron el trabajo de William Phillips, economista emérito que analizó la variación entre desempleo y los precios de los salarios en 1957, de hecho, hicieron explícita la articulación parcial entre la inflación y el desempleo, explicando una teorización concentrada en que “cuando el desempleo era bajo, la inflación tendía a ser alta y por el contrario que en los períodos en que el desempleo era alto, la inflación tendía a ser baja”.
La curva de Phillips relaciona la inflación con el desempleo y de hecho así es en la realidad, cuando se sugiere que una política dirigida a la estabilidad de precios o reducirla a mínimas expresiones en períodos fiscales y monetarios; promueve el desempleo. De hecho, lograr niveles altos de inflación, devolver liquidez a los mercados y aumentar el circulante de tal forma que se dinamice la demanda, aumentaría los precios y generaría empleo. Era la correlación que encontró Phillips y corroboraron Samuelson y Solow.
Los gobiernos desde entonces establecieron en sus políticas tanto monetaria como fiscal, manejos anticíclicos con el fin de controlar el desempleo y la inflación con estructuras de aumento del gasto público y dilatación de la demanda agregada. Utilización sustancial de políticas de orden keynesiano, es decir se podía tolerar una tasa de inflación relativamente alta a cambio de mantener bajo la recesión laboral, se trataba de un intercambio entre inflación y desempleo, indicaban los tratados de economía para la época.
Cabe mencionar que dicha disyuntiva entre inflación y desempleo explicada por la curva de Phillips sucede de forma natural en la economía. En el caso de que los gobiernos intenten explotarla mediante su política económica la relación desaparece, ejemplo de ello es el caso actual vía pandemia o más bien por los efectos del confinamiento tanto estricto como diferencial o selectivo responsable. Estos factores externos que influyeron en los precios por un lado y en el desempleo por el otro, ocasionaron la correlación negativa que se expuso en los ítems anteriores. Recordamos la alta tasa de desempleo del 20.2%, anual y baja Inflación del -1% mensual.
Debe mencionarse que esta correlación no es permanente, por ello no es una teoría prevaleciente de manera constante, se ha logrado evidenciar que en periodos de largo plazo dicha relación no coincide. Estudios fácticos lo han demostrado, pero como indicábamos el ciclo natural de la curva se constituye. Sobre todo, cuando existen intervenciones en el manejo de las tasas de interés, la tasa de cambio y el gasto público. En algunos países donde se realizaron estudios pormenorizados y aplicaron estas medidas de intervención, la disyuntiva y sus rupturas, no coincidieron o no se reflejó ninguna tendencia o relación entre las variables.
Los efectos de fenómenos como las guerras, las crisis del petróleo y la dinámica de los mercados bursátiles frente a lasa de cambio; hacen que la correlación no se identifique claramente en el largo plazo. De hecho, algunos países han presentado simultáneamente inflación y desempleo elevados, fenómeno denominado como estanflación. Colombia ha tenido progresivamente estos aumentos, no hemos llegado a escenarios de estanflación desde 1999 a la fecha, pero si se han ocasionado agresivas subiendas del desempleo y la inflación progresivamente.
Frente a estos fenómenos subsecuentes, economistas como Milton Friedman, primero, y posteriormente Robert Lucas, llegaron a cuestionar con sus trabajos la curva de Phillips en términos de no ser una teorización o un modelo estable y aplicable a todas las economías.
Los estudios posteriores de la Curva de Phillips han reflejado que, aunque a corto plazo se puede mantener una relación estable entre inflación y desempleo, a largo plazo esa relación se torna inestable y poco sistemática.
La teoría del modelo neoclásico, de las expectativas racionales justificó esta inestabilidad explicando que la inflación imprevista puede provocar a corto plazo un aumento de la producción y el empleo, pero a largo plazo, cuando desaparece esta ilusión monetaria, no existe intercambio entre inflación y desempleo.
Ahora bien, frente a lo sucedido en estos momentos en Colombia y algunos países de América Latina y el Caribe, como a su vez, revisando las cifras explicadas en los ítems anteriores, se puede deducir que en el corto plazo la curva de Phillips, tiene validez, representada por la lenta reactivación sectorial, el bajo consumo que contrajo la demanda y este último ocasionado por la elevada tasa de desempleo en el mercado laboral. Es sustancial el gran impacto en las regiones, indudablemente han sufrido más y la correlación se ha afianzado negativamente conforme a lo medido por el neozelandés William Phillips.
Los crecimientos experimentados desde marzo en la tasa de desempleo y la reducción progresiva de la inflación, demuestran este tratamiento analítico realizado. Las gráficas 1 y 2 ilustran la correlación identificada y definida. Tesis para el debate.