¿Dónde está hoy el péndulo de la política en Montería?

Esta elección tenía un significado especial para Marcos Daniel Pineda, porque se trataba de una especie de segundo tiempo de un partido donde a pesar de ser el favorito lo habían derrotado en el primer tiempo.
Por: Oswaldo Marchena Mendoza.
@marchenojob
Oficialmente hay una nueva clase política emergente en Montería, una con más indios que caciques, donde el trabajo colectivo, las acciones de equipos son fundamentales en el diseño de estrategias y la búsqueda de metas. Los resultados del pasado domingo 29 de octubre mostraron a una masa de votantes divorciada de liderazgos, más cerca a la gente, a las personas comunes y corrientes. Aquello de “Una sola Montería” dejó de ser un mensaje subliminal y condensó un anhelo colectivo.
Los otrora grandes caciques políticos de Montería tuvieron un fracaso estrepitoso en las urnas el pasado domingo 29 de octubre. El poder desgasta y solo las dictaduras (de derecha, de izquierda, militares o religiosas) se dan el lujo de gobernar sin límites en el tiempo.
Si las elecciones de octubre se interpretan como un plebiscito y rechazo al gobierno del presidente Gustavo Petro, en el plano local no es alucinante decir que Montería mantiene un importante respaldo al gobierno de la gente y a su alcalde Carlos Ordosgoitia. Su exsecretario de planeación, Hugo Kerguelén, con una campaña impecable, sin agresiones, sin rencores y señalamientos y con una nueva narrativa, ganó la alcaldía.
¿Qué cambio del 2019 al 2023?
Carlos Ordosgoitia ganó en el 2109 con 114 mil votos (Tenía el apoyo de Barguil y del entonces Representante, Erasmo Zuleta). Hugo Kerguelén (Sin Barguil, sin el gobernador electo, Erasmo Zuleta, y enfrentando una poderosa coalición) sumó 114 mil 675 sufragios (preconteo). En plata blanca quiere decir que del 2019 al 2023 la Casa Ordosgoitia perdió aliados, pero mantuvo la votación.
Llama la atención que la campaña de Montería es Capaz, de la excandidata Natalia López (Con Barguil, Marcos Daniel Pineda, Liberales y el grupo del gobernador electo Erasmo Zuleta) obtuvo 88.180 votos, mientras que, en el 2019, el entonces candidato Salin Ghisays Martínez, sumó más de 93 mil votos (entonces no tuvo el apoyo de David Barguil, ni de Erasmo Zuleta) y contó con el respaldo directo del alcalde de la época, Marcos Daniel Pineda. Esta coalición liderada por los azules, del 2019 al 2023, a pesar que sumaron aliados, bajaron la votación.
En diciembre de 2019 tuve la oportunidad de hablar con el entonces alcalde, Marcos Daniel Pineda, sobre sus posibles tareas a futuro, con la idea de una posible aspiración al Senado de la República. Acababa de ser derrotado en las urnas con su candidato Salin Chisays, tras haber obtenido con su partido y aliados, la alcaldía en tres ocasiones. Me dijo, “Una cosa es perder con un candidato, y otra estando de candidato”.
No sé qué lectura tendrá el senador sobre esta nueva derrota electoral, lo cierto es que a diferencia de la campaña del 2019 (cuando estaba atornillado en la alcaldía sin poder salir a la plaza pública a pedir el voto por su candidato, y cuando le tocó batallar en las urnas contra su antiguo socio político, el entonces senador, David Barguil), en esta oportunidad lo tuvo de aliado, con una coalición más fuerte, y con toda la libertad de pasearse por los medios de comunicación (para el solo existen 2 o 3), barrios y veredas, pidiendo el voto por su candidata.
Esta elección tenía un significado especial para Marcos Daniel Pineda, porque se trataba de una especie de segundo tiempo de un partido donde a pesar de ser el favorito lo habían derrotado en el primer tiempo. Iba por la revancha y debido a eso se le vio jugársela con alma y corazón en las tarimas de campaña, agotando sus reservas de popularidad, utilizando un discurso nutrido de su gran conocimiento de ciudad. De nuevo su gran coalición era la favorita para ganar y a pesar de ello volvió a naufragar en el intento.
La derrota electoral del domingo 29 de octubre no borra a Marcos Daniel del mapa político local, es senador de un partido con gran peso en la historia política de Colombia. El balance de su gestión como congresista es positivo, pero empieza a disminuir esa gran franja de voto de opinión que lo ha venido acompañando en Montería. Hoy el péndulo de la política de Montería no está de su lado.
Las movidas claves.
En el último año de mandato, el alcalde Carlos Ordosgoitia comenzó a defender con más vehemencia su obra de gobierno. El gobierno de Montería sabe comunicar y una muestra de ello es la estrategia “Montería a toda Máquina”, una apuesta que socializó e impulsó las obras más importantes y de mayor impacto en zona rural y urbana de la ciudad. Por primera vez, concejales, ediles, empresarios, periodistas y lideras de la comunidad se montaron en un mismo bus para recorrer el avance de las obras.
El Gobierno de la Gente lleva sus servicios integrales a los diferentes barrios de Montería y sus alrededores, bajo una modalidad denominada “Alcaldía con la Gente”, una estrategia que busca brindar soluciones de primera mano a las personas.
En la práctica, un gobierno que genera buenas sensaciones, le allanó el camino a un exsecretario de esa administración.
En medio de esa vorágine de mensajes y propuestas políticas, Hugo Kerguelén encontró petróleo en el desierto al presentarse despojado de logos de partidos y sin credenciales de congresistas en sus cuarteles de campaña.
La buena selección del candidato.
Hugo Kerguelén se la jugó por el empleo, “el mán del empleo”, tocó las emociones de los jóvenes, los que más sufren por la falta de oportunidades, agitó esa bandera bajo la premisa de dinamizar la economía y logró cautivar el respaldo ciudadano al despertar una montaña rusa emocional con un discurso pragmático y ambicioso, pero verosímil.
Muchas veces lo confrontaron en los medios y redes sociales, ¿cómo generar empleo? Y de forma segura logró demostrar que la propuesta no era una utopía, “Reducción de impuestos con la modificación del Estatuto Tributario para aumentar las plazas de empleo. La clave es generar menos cargas tributarias para el comercio, con beneficios tributarios por cada empleo generado”.
El péndulo de la política en Montería está del lado de un colectivo que lidera la Casa Ordosgotia, los exconcejales, Gustavo Negrete (Nuevo Liberalismo con 3 concejales), Carlos Zapata (un concejal en Cambio Radical), Nelson Rivera (Clave en la elección del concejal, Daniel “Beto” Payares). El concejal electo, Gian Berrio (Casa Ordosgotia). La excandidata y exconcejal de Montería, Liliana Yúnez, el dirigente, Edgardo Espitia y los voceros de Cambio Radical, Óscar Rodríguez y Luis Ordosgoitia.