Volver a vivir tras perder a 4 seres querido en siniestros viales

“En dos oportunidades los siniestros viales le han quitado las ganas de vivir, tras perder a 4 de sus seres queridos, pero la fe y Dios la levantan todos los días, tal vez, para cumplir una misión en este mundo”

Por: Oswaldo Marchena Mendoza.

@marchenojob

Hace 6 años (3 de junio de 1917) perdió a su hermana y a sus dos sobrinas en un siniestro vial cuando salían de orar de una iglesia y se disponían a cruzar la vía y fueron embestidas por un vehículo conducido en exceso de velocidad. Los testigos aseguraron que el conductor estaba en estado de embriaguez (borracho).

En diciembre del 2023 sufrió un siniestro vial cuando se movilizaba en una motocicleta con su esposo rumbo a punta de Yánez, Ciénaga de Oro. Su esposo murió en la ambulancia que lo trasladaba a un centro de salud. Ella duro varios días hospitalizadas en una clínica de Montería, de donde logró salir con vida.

Con el propósito de hacer visible esta pandemia de siniestros viales que apaga vidas y deja a familias desoladas y llenas de luto, Enith Pedroza aceptó contarnos su historia de vida y resiliencia.

La encontré sentada debajo de un árbol refugiándose del sol en su vivienda en el Retiro de los Indios, Cerete. Después del saludo y de un breve recuento de su historia de vida y de superación, le pregunté ¿Cómo se siente?

En cada palabra se le desgarra el alma. Es una experiencia muy amarga, sin palabras. Te marca, te destruye la vida y no tienes explicación. El dolor que sientes en el corazón es inmenso, pero tienes que seguir viviendo a pesar de esto, porque la vida continúa y tenemos que seguir adelante.

¿Es una prueba de Dios?, le pregunto. Es algo que no tiene explicación, que no sabría darle la respuesta, pero desde la perspectiva de que tu estás en los caminos de Dios, tu pensarías que son pruebas, y no sabría decirte si es una prueba. Lo cierto es que solo con la ayuda de Dios y con su amor y misericordia la puedes superar porque es un cambio de vida desde todo punto de vista.

Una persona tiene un día tranquilo y con el pasar del tiempo en la noche pierde a su hermana y sobrinas, y otro día sale con su esposo a unas exequias, y no alcanza a llegar porque al subir un puente en Punta de Yánez, Ciénaga de Oro, pierde a su esposo en un siniestro vial. El murió en la ambulancia y a mi me hospitalizaron por varios días, de donde logré salir con vida.

Con voz entrecortada sigue con su relato: Los primeros días cuando volví a casa decía “bueno y para que me quedé viva”. Empezaron a visitarme algunos amigos sacerdotes y todos me decían “Enith estás viva porque Dios tiene un gran propósito para ti, prepárate, porque Dios te va a dar muchas bendiciones y él te va a usar y solo él sabe par qué. Estoy aquí esperando la voluntad de Dios porque realmente mi accidente fue bastante difícil con una hemorragia en la cabeza, un trauma de cráneo, muchos golpes y fracturas en el brazo izquierdo. Hoy estoy convencida que Dios tiene un propósito en mi vida.

¿Cómo recuerda a su esposo? Todas las mañanas le doy gracias a Dios por haberme regalado un ser tan maravilloso, que me cuidaba porque conocía mis problemas de salud, me protegía, me acompañaba a todas partes. Un ser humano excepcional, uno de los regalos más maravillosos que me dio Dios, junto a mi familia.

Había organizado una jornada de oración para pedir que pararan las muertes de motociclistas en la vía el Quemado-el Retiro.

Pocos meses después del trágico siniestro vial donde perdieron la vida su hermana y sus dos hijas, Enith Pedroza participó en la convocatoria de una jornada de oración en marzo del 2018 con la intención de suplicar para que los motociclistas dejaran de morir en siniestros viales en la vía el Quemado-el Retiro.

La jornada de oración fue liderada por el sacerdote Luis Enrique Kerguelén. Más de 5 personas habían pedido la vida en menos de un mes en ese tramo vial. Después del evento, me cuenta Enith Pedroza, bajaron ostensiblemente las muertes y siniestros en esa vía. Ayudó la vinculación de la Alcaldía de Cereté que atendió el llamado de la comunidad e instaló resaltos y se mejoró la señalización de la vía.

La batalla jurídica que perdió.

El conductor del vehículo que arroyó a su hermana y a sus dos hijas el 3 de junio de 2017, causándoles la muerte a las 3, huyó de la escena del siniestro. Testigos aseguran que estaba borracho. Aquella tragedia marcó su vida, lo cual no le minó sus fuerzas para iniciar una batalla jurídica que buscó castigar (bajo la ley) a quien ella y su familia consideraban responsables.

Pero fue una batalla desigual, la de una mujer humilde, herida por el dolor contra una familia poderosa y una justicia endeble. Al final claudicó “pudo más el poder económico que el poder de la justicia”. Toda la familia abandonó la causa y quedó sola en aquella confrontación judicial. Se rindió. Se impuso la impunidad.

Algo que no perdió fueron las ganas de seguir viviendo soportando el dolor de la pérdida irreparable de su hermana y sus sobrinas. Dios escucho sus oraciones y le dio la fortaleza para continuar.

De nuevo la tragedia tocó su puerta con la muerte de su esposo. La mujer que hizo parte de una convocatoria a una jornada de oraciones para pedir que los motociclistas dejaran de morir en la vía, vuelve a sufrir la adversidad de perder a un ser querido en un siniestro vial.

Mi hermana está hoy en el cielo con sus hijas y mi esposo disfrutando la presencia de Dios, concluyó.