Desempleo en Colombia, un gran desafío

Por Carlos Ordosgoitia Sanin

El reciente reporte del DANE sobre la tasa de desocupación en Colombia para el trimestre de mayo a julio de 2024 nos presenta una realidad que no podemos ignorar. En algunas regiones, los datos son alentadores, pero en otras, el panorama exige que se tomen acciones urgentes.

A nivel nacional, la tasa de desocupación aumentó 0,4 puntos porcentuales, pasando del 9,8 % en 2023 al 10,2 % en 2024. En este mismo periodo, del 1 de agosto de 2023 al 31 de julio de 2024, la cifra se sitúa en un 10,3 %. Son datos que muestran la necesidad de un trabajo conjunto y comprometido en pro del desarrollo de las regiones.

Mientras ciudades como Bucaramanga (8,4 %), Medellín (9 %) y Santa Marta (9,1 %) han logrado mantener tasas de desempleo en un solo dígito, otras como Neiva han mostrado una notable reducción de 2,6 puntos porcentuales, lo que evidencia que el cambio es posible. Sin embargo, el país no se puede conformar únicamente con los logros de ciertas ciudades; es necesario que las buenas prácticas y acciones en materia de generación de empleo se repliquen por todas las regiones colombianas.

Para el caso de mi ciudad, Montería, se están dando pasos firmes hacia la recuperación económica. En 2023 se lograron cifras históricas y alentadoras que contribuyeron a reducir la pobreza monetaria extrema a un solo dígito, disminuir la desigualdad, bajar la tasa de desocupación en más de 12 puntos porcentuales desde el pico más alto de la pandemia, que para el trimestre abril-junio de 2020 se reporto un 24,8 %, y activar la economía y microeconomía de los barrios luego de las dificultades que generó el Covid 19.

En la actualidad, las estadísticas indican un desempleo del 10,8 % y una disminución de 3,7 puntos en el desempleo juvenil, lo que nos llena de esperanza. Pero, ¿qué sucede en Quibdó, Arauca y Mocoa?, es preocupante que estas ciudades enfrenten tasas de desocupación que superan el 20 %. En Quibdó, por ejemplo, hemos visto un incremento alarmante en la tasa de desempleo, que ha pasado del 25,4 % en 2023 al 26,8 % en este año. Arauca, con un preocupante 30,5 %, y Mocoa con 27 %, nos recuerdan que aún hay largos caminos por recorrer.

Es momento de visibilizar el potencial de estas comunidades. Se necesitan esfuerzos para implementar políticas públicas que no solo busquen mitigar el problema del desempleo, sino que también fomenten el empleo formal. Las altas tasas de informalidad en la región Caribe son alarmantes: Sincelejo (65,8 %), Montería (61,4 %), Riohacha (61,1 %), Valledupar (61 %) y Santa Marta (59,3 %), y evidencian que es necesaria una transformación que conlleve a la creación de empresas estables.

Colombia no se puede esconder a este gran reto, por lo que se hacen necesarias acciones inmediatas de inversión en el campo, capacitación y asistencia técnica a nuestros ciudadanos, impulso de la educación y creación de entornos favorables para que inversionistas locales y extranjeros vean en Colombia un país lleno de oportunidades. De ahí que los esfuerzos del Gobierno Nacional deben ir de la mano del sector privado, formando una alianza armoniosa y estratégica que permita construir un futuro laboral más prometedor para todos.