Vacuna Covid Sars2: entre hegemonías y despotismo del mercado.
Por; Giovanni Argel Fuentes. Ph.D
Informes especializados de esta semana indican que los gobiernos de países desarrollados ya garantizaron más de 1.000 millones de dosis de la vacuna contra el coronavirus, una vez se terminen las pruebas de la fase IV y comprueben como ajusten las evidencias sobre posibles efectos secundarios. Lo anterior es una evidencia histórica que demuestra como la humanidad siempre ha sido azotada por la desigualdad, las guerras y el despotismo absoluto de gobiernos y monarquías radicales, que haciendo uso del poder económico, político y militar; han polarizado las fuerzas del mercado al servicio de los que más tienen; en detrimento de los más pobres. Ello se consolida en las cifras de desigualdad e inequidad por territorios que recientemente publicamos para Colombia y América Latina y el Caribe.
Frente a este escenario tuve la oportunidad de revisar un artículo importante y crítico sobre el impacto de la hegemonía del capital y el poder de las economías desarrolladas en la ciencia, intitulado: «Despotismo ilustrado para el siglo XXI: el sueño de un país sin oportunidad». Allí, su autor Mauricio Nieto, expone que «…Desde el siglo XVIII y con el auge de la exploración científica de la Ilustración española que traería a América personalidades como José Celestino Mutis, uno de los principales propósitos de estas expediciones fue rescatar el conocimiento indígena en botánica y medicina. Pero, ¿cuál fue el resultado?, ciertamente los saberes locales constituyeron una fuente de conocimiento fundamental para los naturalistas europeos, quienes participaron en un proceso de apropiación y traducción de dichos saberes «irracionales» y «supersticiosos» a un lenguaje y una racionalidad más acordes con los intereses europeos…».
Nótese que desde la edad media hasta la entrada del capitalismo industrial de mediados del siglo XVIII, se demuestra el poderío de los supra estados y la fuerte hegemonía del poder del capital sobre la ciencia. La humanidad, ha sido acorralada, de alguna manera, por el enfoque absolutista del totalitarismo económico de los países ricos, especialmente por el ejercicio en la compra de los avances científico-tecnológicos como de sus resultados, infiriendo que son una mercancía más a su servicio.
El poder de las naciones industrializadas actual, atenta en momentos de crisis contra la situación inerte, definida en la poca infraestructura científica y progresiva inequidad socioeconómica, de los pueblos con alta pobreza y miseria.
En la página No 4 del artículo precitado, se indica que «la historia de la ciencia y la historia en general, en demasiadas ocasiones han sido poderosos los instrumentos para quienes se interesan en legitimar el presente. Es común encontrar reconstrucciones del pasado que se presentan como una cadena de hechos que inexorablemente conducen a la ciencia y tecnologías modernas. Se describe una ruta de sucesivos logros tecnológicos y científicos que constituyen el ascenso del hombre y de paso se legitima una idea de progreso que se suele identificar con la superioridad económica de las naciones industrializadas».
De hecho el nuevo neoliberalismo y la globalización de mercados no deja ver, con humildad y solidaridad, a las potencias aglomeradas en la bipolaridad mundial, quienes en recientes movimientos financieros están dispuestos a dejar al resto del mundo en la cola de la extensa fila del esfuerzo global para derrotar al patógeno.
Los informes y entrevistas otorgadas por los laboratorios que realizan las investigaciones y pruebas pertinentes como a su vez algunas naciones; prometen hacer que las vacunas sean accesibles para todos. Lo cual no será tan sencillo ya que las dosis difícilmente podrá satisfacer la demanda para una población global de 7.800 millones de personas. De acuerdo a la hegemonía y el poder de estos países ricos y fuertes, primero serán los enfermos y asintomáticos de sus países y luego de inmunizar a los de arriba, vendrán los de abajo. Es el predominio del capitalismo diferencial que privilegia a los que más tienen sobre los que no.
La compra y monopolización de las vacunas y su patente, se ha dado a lo largo de las pandemias en el mundo, por parte de los países industrializados y con alto ingreso per cápita. La concentración del poder y la influencia se ha dado históricamente, especialmente, frente al pánico sanitario y el afán de los gobiernos más poderosos de frenar, a como de lugar, la expansión de las epidemias y las muertes de sus ciudadanos. Es la evidencia de la fuerte profundización de la brecha entre la economía global y la salud del pueblo., permeada por la intervención desigual del capital de los ricos.
La prueba de lo anterior, es decir muestra del yugo y despotismo de los poderosos, es que hasta ahora, Estados Unidos, Gran Bretaña, la Unión Europea y Japón, han asegurado cerca de 1.300 millones de dosis de posibles vacunas contra Covid, según la firma de análisis Airfinity, con sede en Londres.
Se estima que deben proyectarse un poco más de 1.500 millones de dosis adicionales, que serían a las aspiraría el resto de países. La diferencialidad es absoluta, ello se ajusta a la concurrente desigualdad e inequidad a la que son sometidos los países menos desarrollados en el marco de la globalización y la excesiva competitividad. La pandemia hará que se profundice la desigualdad en América Latina y el Caribe, los planteamientos de Deaton, reafirman que la problemática de la infraestructura sanitaria y el desequilibrio e inestabilidad del ingreso en las regiones profundizarán la pobreza e inequidad.
Lo único positivo en este análisis esta ceñido a los avances de Oxford University y su socio AstraZeneca Plc con la colaboración de PfizerBioNTech SE; estudios que están en etapa final, alimentando esperanzas, en el sentido, que pronto habrá vacuna contra el Covid.
Lo reportes de Airfinity, indican que la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Coalición para las Innovaciones de Preparación Epidémica y la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunización, conocida como GAVI, están trabajando juntas para lograr un acceso equitativo y amplio. Esbozaron un plan de 18.000 millones de dólares en junio para desarrollar vacunas y garantizar 2.000 millones de dosis para fines de 2021.
Como puede verse, lo más probable es que, definida la vacuna con todas las pruebas secundarias, su aplicación y actividad en los países pobres será hasta mediados de 2021, sopena de una intervención estatal fuerte y de la masiva distribución de recursos monetarios para regular el impacto de estas naciones frente al financiamiento y generación de mas y nuevas investigaciones que fomenten la expansión de la vacuna.
Los costos de la vacuna. Aproximaciones.
Las farmacéuticas Moderna y AstraZenaca anunciaron en la primera semana de Agosto de 2020, los avances fundamentales sobre la obtención de la vacuna y sus posibles precios de accesibilidad al público.
Moderna, informó que espera ofrecer su vacuna contra el Covid-19 a un precio que oscilará entre 32 y 37 dólares por dosis. Es decir entre $140.217 y $148.000 pesos Colombianos.
Un valor alto para estos países de América Latina y el Caribe (ALyC), más que la población se encuentra desempleada y se estima la pérdida de 26 millones de empleos a Diciembre de 2020,, lo cual afectará la estabilidad del ingreso.
Los sistemas sanitarios y las gerencias territoriales del Covid 19 deben crear los fondos indispensables para acceder a la vacuna, por un lado y participar con las farmacéuticas, avanzadas en las investigaciones de la vacuna para obtener las dosis requeridas, por otro lado. En caso contrario estaríamos, para estos países de ALyC, totalmente desprotegidos y a espensa de la virosis expansiva.
Costos superiores a 37 dólares por dosis es extremadamente alto, inalcanzable para una familia promedio en ALyC. La desigualdad del precio en la dosis frente al ingreso percápita, está representando el 14% del salario mínimo en muchos países de la región. Ahora bien, si el ciudadano enfermo requiere varias dosis, entonces la destrucción ingreso será insostenible para las familias pobres.
Este precio de pandemia para la vacuna, debe ser asumido por el estado y el sistema de salud pública de cada país y no transferirlo al sistema de pagos de los usuarios, en aras a convertirlo, por las declaratorias de emergencia, en un bien público. La vacuna no debe ser un bien privado y burocrático de diferencial accesibilidad, debe ser un bien libre y definido en nuestros sistemas de salud en Latinoamérica, de forma gratuita. De tal manera, que puedan acceder ricos y pobres por igual.
Anotan algunos informes preliminares que, este precio global anunciado será volátil, dependiendo de la cantidad demandada por cada país. Se indica que las farmacéuticas en alianza con laboratorios y las agencias gubernamentales de manejo y control de la pandemia, esperan garantizar su acceso universal. Amanecerá y veremos.
Stephanie Bancel, consejero delegado o vocero de la Farmaceútica Moderna, indicó recientemente…»Estamos trabajando con Gobiernos en todo el mundo y con otros para asegurarnos que la vacuna sea accesible, independiente de la capacidad de pagar». Sin embargo se evidencia la hegemonía del mercado y la mercantilización de la vacuna en plena crisis sanitaria. Prima el tener sobre el ser, la generación de utilidades, la recuperación de costos y la plusvalía sobre la sanación de la humanidad.
Definen los consejeros de estas farmacéuticas, que el precio será menor para aquellos países que soliciten grandes volúmenes de dosis y lo contrario para los países que soliciten bajas dosis. La efímera ley de mercados.
Para resaltar lo anterior y reafirmar las hegemonías de los ricos, téngase presente que a finales de julio, Moderna ya había recibido 400 millones de dólares en depósitos para proveer de la vacuna mRNA-1273, cuya distribución ya negocia con varios países interesados. Indica el informe, por ejemplo que el Gobierno estadounidense ha desembolsado 955 millones de dólares para el desarrollo de su vacuna.
La farmacéutica AstraZeneca, socia de la Universidad de Oxford, anunció a su vez el mismo interés social, que dejan mucho que decir cuando indican los precios.
«El director general, Pascal Soriot, ya anunció que su intención «es suministrar la vacuna a todo el mundo. Tenemos un objetivo que es también hacerlo sin beneficio, o sea que entregaremos la vacuna a precio de costo», es decir, cerca de 2,5 euros la unidad». Es decir cerca de $12.000 pesos colombianos.
Habría que ver el número de unidades que una dosis podría tener.
Las pruebas que realiza esta empresa están en fase 3 y ya firmó un contrato por 1.200 millones de dólares con el gobierno de Estados Unidos para la entrega de 300 millones de dosis a precio de costo. La Unión Europea firmó uno similar en junio.
Como puede observarse, primero serán los que ya pagaron en la fila y los que aún no tienen el boleto de entrada, que sufran. El despotismo y la hegemonía de los ricos es nada sorprendente, de hecho es concurrente en la historia de la humanidad. Son los coletazos del capitalismo sanitario